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A veces bajan al Inframundo.

1 sept 2009

Eppur si muove


Curioso es ver como las cosas funcionan al revés. A medida que el espacio aumenta, veo como las paredes se van aproximando, van estrechando el cerco.
Ahora, cuando me he armado de valor y he apagado la infinita Luz. Ahora que la oscuridad hace que esto parezca un pozo insondable; es ahora, digo, cuando parece que las paredes me van a aplastar.
En el último momento, cuando sentí caer la última gota en el último rescoldo de llama, oí un ruido. Mis oídos están abotargados aquí abajo, así que no quise creer que lo había oído.
Dejé pasar el tiempo (el arrastrar del tiempo) y, aun queriendo ignorarlo, sentía ese crujir.
Ese crujir que me demostró que es cierto. Los muros se mueven. Muy lentamente. Podría decirse que se trata de un movimiento tectónico, por su lento caminar. Pero se mueven, como diría Galileo.
Se van estrechando entorno a mí. Cuando yo no estoy en algún lugar, parece como si todo fuese como antes. Pero cuando yo estoy ahí, todo parece más pequeño.
Me estoy asfixiando en mi propio infierno. En el Reino que (ellos) construyeron para mí, ahora soy el extraño, el invasor.
Los Fantasmas lo notan y procuran arrinconarme siempre en el mismo lugar. Quieren que permanezca tanto tiempo en un mismo sitio... supongo que esperan que esté lo suficiente para que las paredes lleguen a aplastarme.
No saben, espero, que cuando la opresión es tal que apenas puedo moverme, mi Flor deja fluir el aroma tan suyo, tan característico, que hace que tenga que ir hacia ella. Allí, en el espacio en el que ella vive feliz, no hay opresión. Pero es ahí donde menos puedo quedarme. No quiero que ella sufra y menos aún, ver la luz que sí que persiste en su lugar. Justo estoy el tiempo necesario para conseguir respirar.
Después, cuando ya mis pulmones han recuperado su capacidad para insuflar el aire necesario, salgo huyendo hasta otro recóndito lugar; donde, más pronto que tarde, me hallarán mis fantasmas y volverán a acorralarme.
Pero, oh, pobre ingenuos!!!, ¿no saben que mi cuerpo es una caja vacía? ¿no saben que sólo aplastarán mis roídos huesos y mis ajados músculos? El músculo más importante, el artífice de todo movimiento, hace tiempo que no está conmigo, en esta jaula.
Yo descubrí su ausencia no hará mucho, pero cuando noté su hueco el dolor hizo que todo mi rostro se convirtiese en una mueca.
¿Desde cuándo lo tienes? Qué pregunta tan ingenua. Es obvio, desde que me dejaron caer aquí, ya era de alguien.
Ahora ya sé de quien es.
Si ellos no lo descubren, si dejan que también se marche (y pido a Zeus que lo haga cuanto antes) sin hacerle ningún daño, reposará tranquilo y feliz. Entre la túnica y las plumas de sus alas, mi corazón seguirá sano.
Sólo espero que no lo sepa nunca él tampoco. Es un órgano ya tan oscuro y agotado, que ni él querrá llevarlo como lastre.
Una vez que se haya ido, del todo, y se lo haya llevado, yo seguiré fingiendo que vivo, seguiré pensando que soy alguien y nadie lo notará.
Pero, desde ese día que se lo llevó, ya no soy nadie.
Sólo espero que lo cuide sin saberlo. Que lo mime sin notarlo y que lo guarde sin buscarlo.
Sólo te llevas lo que siempre fue tuyo, nada más (y nada menos).

Saludos desde el Inframundo.