tag:blogger.com,1999:blog-57411008060096812942024-02-08T12:17:13.313+01:00¿Creer es poder? "Comentarios desde el Inframundo"No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemosCredendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.comBlogger28125tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-15038788862958164252011-05-21T14:37:00.003+02:002011-05-21T14:54:27.503+02:00Me duele mi mundo.<a href="http://1.bp.blogspot.com/-N1zum0jfnJU/Tde1qordyBI/AAAAAAAAAFA/Yj3Bv78Bzqw/s1600/me%2Bduele%2Bel%2Bmundo.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 335px;" src="http://1.bp.blogspot.com/-N1zum0jfnJU/Tde1qordyBI/AAAAAAAAAFA/Yj3Bv78Bzqw/s400/me%2Bduele%2Bel%2Bmundo.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5609151604992100370" /></a><br /><strong>La </strong>ciudad es un mundo cuando se ama a un habitante, <br />y mi planeta estalla, y tú alimentas soledades. <br /><br />Mientras te busco en la otra orilla, <br />tú corres, borrando las huellas, huyendo por la avenida. <br /><br />Suena a lo lejos la sirena de un coche de policía <br />que persigue mi cadáver, los restos del cuerpo que tú asesinas. <br /><br />La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante, <br />y mi planeta estalla, tú ya no eres el de antes. <br /><br />Ya no ocupo tus miradas y vas cubriendo los huecos <br />de más y más distancias, tu sombra apenas se distingue a lo lejos. <br /><br />¿Qué has hecho con los restos de feliz constancia? <br />Los mató el virus del tiempo, el mal de ausencia. <br /><br />La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante, <br />mi planeta estará deshabitado de ahora en adelante. <br /><br />Trataré de convencerme: aquí sólo lo fugaz permanece. <br />Quizás me cubra una escarcha, una fría escarcha de muerte. <br /><br />O quizás vaya a buscarte y te rapte diariamente, <br />para estar a tu lado, para estar a tu lado siempre. <br /><br />La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante, <br />y mi planeta estalla, y tú alimentas soledades. <br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=938ea75" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-86717566686999547282011-05-15T11:57:00.002+02:002011-05-15T12:03:06.961+02:00“No he querido saber pero he sabido”<a href="http://4.bp.blogspot.com/-Spmwre1y_eo/Tc-khhM4CCI/AAAAAAAAAE4/MMP0ly9wA0E/s1600/bottle.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 392px; height: 329px;" src="http://4.bp.blogspot.com/-Spmwre1y_eo/Tc-khhM4CCI/AAAAAAAAAE4/MMP0ly9wA0E/s400/bottle.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5606880956854568994" /></a><br /><strong>H</strong>oy en día estas palabras de Javier Marías serían, o son, tan difíciles...; pues en la era de las nuevas tecnologías nos llegan toda clase de información; la que queremos oír y la que no, la que conocemos sobradamente y la que no, la que no deberíamos saber y la que sabemos aún a nuestro pesar.<br />Noticias de un futuro que nos llegan en un presente para convertirse en pasado. En un pasado que duele ya en el presente y no dejará de hacerlo en un futuro.<br />Y noticias de un presente que serán alegrías y sufrimientos en un futuro, pero que alegrarán hoy, mañana y siempre.<br />Y, mientras, sin noticias específicas. Sin datos reales de la situación más real que quieres saber, de la sucesión de actos que no conoces y no quieres saber, pero sabes. Todo atisbos de un algo que no termina de ser la nada y empieza a ser el vacío. No saber sabiendo a escondidas, queriendo ocultar lo que sabes, pero, ¿a quién? ¿A ti o a los demás?<br />A veces, sin saber como, las noticias te asaltan a ti. Son ladrones a mano armada que se llevan un pedazo de tus anhelos, de tu respiración, sin ni siquiera tener alevosía. Sólo pasan en el momento oportuno y se llevan tus sueños, pues las noticias son atracadores muy exquisitos, roban sólo lo que ahora crees que no será importante y que después echarás en falta.<br /><br />No, creo que no he querido saber, pero he sabido... creo que ha dolido el saber lo que no quería saber y que no existía, por tanto; creo que no quiero saber más pero tendré más noticias.<br />Seguiré añorando la carta en una botella en tiempos en los que las noticias llegan volando por cables invisibles.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=86e7c42" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-33746525504506796482011-01-22T14:44:00.001+01:002011-01-22T14:46:22.556+01:00Si puedo, para siempre jamás.<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/TTrfnIlCg3I/AAAAAAAAAEo/XrcFvnGVK5A/s1600/vias_del_tren1.JPG"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 220px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/TTrfnIlCg3I/AAAAAAAAAEo/XrcFvnGVK5A/s320/vias_del_tren1.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5565006152980398962" /></a><br />Y Thor cogió su martillo... <br /><br />Así empecé a escribir algo en Septiembre. Y, déjame que mire, estamos en Enero, hemos cambiado de año y aún no he sido capaz de escribir nada. El ruido incesante de Mjölnir quizá no me dejaba pensar o simplemente era la pereza por alcanzar una cuerda que ya estaba ahí desde hacía tiempo.<br />No sé porque no la vi o porque no quise verla, pero estaba ahí.<br /><br />Cuando el dolor ajeno me abofeteó en la cara como un punzón de hielo, entonces me di cuenta que no está bien hacer de tus penas tu cobijo. Que hay dolores peores que el de haber perdido un gran salto o el de no haber sabido ver el precipicio cuando se abría a mis pies.<br />Decidí asirme a la cuerda, subir e ir escalando. Y salí de ese agujero en el que me metí.<br /><br />Estoy arriba. En mi mano sujeto con fuerza la cuerda que me rescató y empiezan a amoratarse mis dedos de la resistencia que hago. No sé si pienso que si la suelto me caeré, pero ya estoy en tierra firme. Lo peor del caso es que veo que empieza a deshilacharse y está convirtiéndose en dos hebras. No puedo tomar las dos y he de elegir.<br />Me gusta la hebra inicial, la que hacía una soga fuerte y resistente; pero la veo más débil, más difícil de seguir hasta el final de su extensión.<br />Sin embargo, la nueva hebra que está surgiendo de sujetarla, tiene nuevos bríos. No quiero hacerme ideas erróneas y creer que esa débil hebra pueda salvarme de volver a caer.<br /><br />Lo que está claro es que ya no estoy abajo. He salido. Y prometo quedarme aquí durante mucho tiempo. <br /><br />Si puedo, para siempre jamás.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br />P.S.: Prometo visitar mis blogs olvidados, sé que os debo a todos una visita. Perdón por el retraso tan extenso.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-54745461663750491632010-03-14T21:53:00.002+01:002010-03-14T22:00:39.827+01:00Una cuerda, por favor.<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S51OJCibSSI/AAAAAAAAAEU/ydCi68tL67w/s1600-h/imaginarte.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 232px; height: 320px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S51OJCibSSI/AAAAAAAAAEU/ydCi68tL67w/s320/imaginarte.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5448597041395222818" /></a><br /><strong>He </strong>cruzado la pasarela, pero no resistió mi peso... según iba caminando por ella sentía que se iba desmoronando. Corrí para llegar al otro extremo antes de que se hundiera.<br />He saltado cuando ya no tenía suelo bajo mis pies, pero no he conseguido llegar al otro lado. He caído al vacío, aunque he quedado en una cornisa de la ladera, agarrándome a una hierba que crece en las grietas.<br />Estoy esperando q alguien me lance una cuerda.<br />Pq tanta estupidez? pq creía q podría conseguirlo???<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=03674fb" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-11632986979374110322010-02-21T14:31:00.005+01:002010-02-26T09:32:19.334+01:00La pasarela<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S4E3onPpfsI/AAAAAAAAAEM/JUrRMLv6sx4/s1600-h/bridge_to_the_jungle_magnet-p147341453933616274tdcm_210.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 210px; height: 210px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S4E3onPpfsI/AAAAAAAAAEM/JUrRMLv6sx4/s320/bridge_to_the_jungle_magnet-p147341453933616274tdcm_210.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5440690995709181634" /></a><br /><em>(o el absurdo equilibrio de lo imposible).</em><br /><br />Frente a mi refresco, el segundo ya, cavilaba sobre lo que acababa de pasar. Ahora ya no estaba en tan inusual compañía. Ahora, en soledad, pensaba en como llevar a cabo lo que me habían dicho o quizá, sin yo saberlo, llevar a cabo el acuerdo al que habíamos llegado.<br /><br />La comanda fue bastante obvia. Un buen Bombay Sapphire para él, que sabía qué pedir en cada momento. Ella pidió una manzanilla, “<em>no muy caliente, por favor</em>”, con su comedimiento de siempre. Yo, por aquello de la tensión media, pedí un refresco.<br /><br />Ahora ya era el momento de hablar, al menos así me lo decían sus ojos, expectantes ante lo que debía decirles y por aquella extraña reunión. Así que no podía postergarlo más. Comencé a hablar.<br /><br />“<em>Sabréis que nunca he hecho nada sin seguir vuestro consejo; bien el del uno o bien el de la otra, según conviniera en la ocasión. Pero ahora no puedo seguir el consejo de uno solo, pues sé que entonces no habré conseguido nada.<br />Estamos en la etapa en la que necesito que estéis de acuerdo, que decidáis un buen acuerdo para que yo pueda luchar. <br />He encontrado un pequeño rescoldo en este Inframundo, por el que creo que puedo salir. Pero me encuentro al borde del abismo. La solución de <strong>Valor</strong> sería que saltara, sin más; pero, ¿y si no llego al otro extremo y me mato? Sé que tú, <strong>Cobardía</strong>, me dirás que dé la vuelta y continúe esperando otra opción mejor, pero, ¿y si no surge nunca? ¿No podemos encontrar un término medio?</em>"<br /><br />Ambos quedaron en silencio un segundo, pero enseguida <strong>Cobardía</strong> habló. “<em>Quizá podamos hacer una pasarela; sé bien que no será muy segura, pues los troncos y maderas que puedas encontrar ahí abajo estarán en un estado casi de putrefacción; pero al menos no será saltar al abismo sin más y tampoco será dar la vuelta</em>”. Siempre había creído que ella era la más razonable de los dos y así lo demostró con sus palabras.<br /><br /><strong>Valor</strong> seguía sonriendo y girando el vaso de su copa, sin decir nada. Al cabo, cuando ya estábamos expectantes a sus palabras, decidió “honrarnos” con ellas. <em>“¿Y has pensado qué harás cuándo llegues al otro extremo? Sabes perfectamente quién ha abierto esta posible salida y no es sólo el hecho de escapar, también tienes que presentarte ante él y agradecerle lo que ha hecho. Dime, pues, ¿cómo lo harás?</em>” <br />Tenía razón, no se había abierto el abismo sin más, alguien, con paciencia y sonrisas como instrumentos, había conseguido hacer un hueco por el que yo pudiera escapar de ahí.<br />"<em>Sí, lo he pensado, de hecho era la parte más difícil de la reunión. Sabía que para cruzar encontraríamos una salida y la de la pasarela me ha parecido la más correcta. Espero que con lo poco que aquí queda de vida, se me permita hacer esa pasarela. Pero una vez en el otro extremo, cuando el Curandero me reciba, ¿qué digo? <br />Gracias, lo primero, pues ha sido un gran alivio poder salir. En eso estamos de acuerdo todos ¿no? Pero luego, ¿qué?:</em>"<br /><br />- <strong>No te vayas muy lejos</strong>. <em>Demasiado atrevido</em>, dijo <strong>Cobardía</strong>. <em>Demasiado soso</em>, dijo <strong>Valor</strong>.<br />- <strong>Me encantaría volver a verte</strong>. <em>Demasiado directo</em>, volvió a repetir <strong>Cobardía</strong>. <em>Me gusta, directo y sincero</em>, dijo él.<br />- <strong>Quiero volver a abrazarte y sentir el latir de un corazón vivo</strong>. <em>Me gusta, increíblemente </em>dijo ella. Él, al ver que esa frase podía ser el inicio de un punto de acuerdo, también asintió con la cabeza, pero parecía que él quería que dijese algo más.<br />- <strong>¿Puedo volver a tener algo de tu aliento? El mío está agotado de no poder salir tanto como quisiera aquí abajo</strong>. Antes de que ella se negara a esa frase, él habló. “<em>Me parece una frase bella; no es tan directa como yo quisiera, pero me gusta. He admitido la anterior, cuando a mí me parece demasiado cursi, así que ahora quiero que ésta también se incluya</em>”<br /><br />¿Se incluya? ¿Dónde? ¿Es que tenía que hacer un guión para dar las gracias, para abrazarme fuertemente a mi salvador? Yo sólo quería que me ayudasen, no crear una película o una farsa.<br /><br />Al cabo de un par de horas, tras debatir de lo humano y lo divino, llegamos a un acuerdo (un absurdo equilibrio para algo imposible). Era la hora de salir, no podía permanecer más tiempo allí y la mejor solución era la pasarela; no podía saltar y caer o girarme y no salir, cuando había alguien al otro lado tendiéndome su ayuda (y su sonrisa).<br />Además, debía agradecer su ayuda y, según <strong>Valor</strong>, decirle algo más que gracias pues su ayuda denotaba que le importaba. <strong>Cobardía</strong> estuvo de acuerdo, pero con cautela; la gente no recibe de muy buenas formas una gratitud excesiva o un acercamiento no buscado.<br />Debería decir alguna de las frases en las que ambos habían estado de acuerdo y abrazar y besar si se me permitía, porque a veces los hechos demuestran más que las palabras. <br />¡¡¡¡Claro que era lo que yo quería!!!! Desde hacía unos días me abrazaba a su recuerdo, ¿cómo no me iba a abrazar a su persona cuando lo tuviera delante?<br /><br />Ahora ellos se habían marchado, creyendo que su trabajo había terminado. Yo me quedé removiendo mi vaso una y otra vez, recapitulando. Era el momento...<br /><br />Entonces la puerta del café se abrió y una bocanada de aire gélido entró por la puerta acompañando al nuevo cliente del bar. No me fijé mucho en él, estaba cavilando aún.<br />Pero él sí se fijó en mí. Se sentó en un taburete de la barra, de espaldas a mí. Cuando noté su presencia y mis ojos se clavaron en su espalda, él giró el taburete y me sonrió con esa sonrisa desdentada que tenía, debida a su edad.<br /><br />Se me congeló la poca sangre que corría por mis venas. <strong>Miedo</strong> se había enterado, no sé como, de aquella reunión. No quería verlo, no tenía ganas de que echara por tierra todo lo que habíamos acordado con sus peroratas y discursos quasidemagógicos. Dejé en la mesa el dinero de las consumiciones y salí corriendo.<br /><br />¡Esta vez no! Esta vez haré caso a sus consejos, pero a ti no te escucharé <strong>Miedo</strong>. Era ahora o nunca, y ¡este ahora me gusta!<br /><br />¿Pero, que hago, entonces? ¿Hablo o no hablo? <strong>Miedo</strong>, después de todo, había dejado un rescoldo de sus ideas en mi interior.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><br /><object width="560" height="340"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/bcZo7VeAWzc&hl=es_ES&fs=1&"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/bcZo7VeAWzc&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="560" height="340"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-44715513611804586592010-02-06T11:37:00.002+01:002010-02-06T11:45:53.651+01:00El café de los gatos, tres.<a href="http://4.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S21IQGhkTDI/AAAAAAAAAEE/9OjHY2ovros/s1600-h/NAZIS_~1.JPG"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 260px; height: 320px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S21IQGhkTDI/AAAAAAAAAEE/9OjHY2ovros/s320/NAZIS_~1.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5435079766772567090" /></a><br /><strong>A</strong>lguien dijo alguna vez que existe un <em>Boulevard de los Sueños Rotos</em>. En este lugar, en el sentido contrario a cualquier dirección, en la acera de los números impares, se encuentra <em>El Café de los Gatos, tres</em>.<br />No está en el número tres, ni siquiera es una cadena de restaurantes ni éste es el tercero que se abrió. No. Simplemente, es un lugar poco visitado, apenas va nadie. Su dueño, sabedor de esta situación, quiso ponerle otro nombre, pero hasta al rotulista, se le olvidó el nombre y cuando fue a poner El Café de los Tres Gatos, se le olvidó el número ordinal y tuvo que añadirlo después. No tuvo problemas con el dueño del bar, pues no le molestó el nombre que había puesto; <em>es más</em>, dijo, <em>queda más original</em>.<em> Así, al menos la gente preguntará si es el tercero o el porqué de su nombre. </em><br />Y así quedó el cartel, el café y la calle. Marcada por un nombre curioso, Sueños Rotos, y por un café que no está en el número 3.<br /><br />Y ahí es donde decidí reunirlos yo. Era el mejor lugar para que se encontrasen. Ya era hora de tenerlos a los dos cara a cara. Y no podía elegir un lugar muy transitado, porque sé que ella no vendría si elegía cualquier otro lugar.<br /><br />Llegué yo primero. Siempre, esta manía mía de llegar cinco minutos antes a las citas, que me hace esperar esos cinco minutos más los diez de rigor que todo el mundo suele llegar tarde. Pero esta vez me venían bien esos minutos. Tenía que elegir un sitio neutral, ni demasiado escondido en el que él probablemente no se sentiría a gusto ni demasiado expuesto, en el cual ella, bajo ningún concepto, aceptaría sentarse por miedo a que la vieran.<br />Me gustó esa mesa; al lado de la ventana, pero en un rincón. Estaba en la ventana, él podía tener su ración de ego cuando la gente (poca o, incluso, ninguna) pasara por el boulevard. Y ella tendría su parcela de intimidad, pues el rincón nos aislaba de la gente que entrase (también poca o ninguna).<br /><br />Ya era la hora, el reloj sin agujas que colgaba de ningún sitio, en la barra del café, empezó a tocar las 7 campanadas insonoras. Ya empezaban a aflorar los nervios. No sabía como reaccionarían ante una reunión así, pues no era común verlos juntos y menos conmigo como mediador.<br /><br />Ambos llegaron con escasos segundos de diferencia. Primero llegó ella, toda envuelta en su abrigo largo negro. La bufanda le cubría algo más de lo reglamentario, dejando ver, a duras penas, las largas y negras pestañas y una diminuta rendija de sus ojos, entrecerrados para tratar de localizarme en la penumbra del café. Levanté la mano, haciendo un gesto, para que me viera y se acercó. Cuando examinó el sitio y vio que le parecía bien, dejó el abrigo. Debajo no había nada que pudiera llamar la atención, un jersey negro, de cuello cisne, que dejaba salir, como arañando la garganta, la barbilla estilizada. Y unos pantalones también del mismo color, terminados en unas botas altas, de color gris oscuro. No había posibilidad de que hubiese piernas o algo similar, todo era una continuidad de ropa. Por un momento, incluso creí que no tenía manos, pues no se quitó los guante hasta pasados dos segundos, cuando se percató de que no me había saludado. Se los quitó y pude sentir sus dedos gélidos. Ya tenía a uno de mis dos invitados al café.<br /><br />Segundos después llegó él. Nunca fue la discreción su mayor virtud, así que no fue difícil distinguirle. El chaquetón de cuero que llevaba, hacía tiempo, fue de color marrón. Ahora, con un esfuerzo sobrenatural, trataba de conseguir no pasar a negro y caerse por los lados. Enseguida nos vio, no obstante, traía siempre sus ojos bien abiertos (y en el café no había nadie más). Llegó y se sentó, pero antes nos dejó ver su rojo jersey de cuello pico, que dejaba ver su pecho torneado y tostado al sol de quien sabe que playa. Su vestimenta se completaba con unos vaqueros que en su día quisieron ser nuevos. Hoy, llenos de agujeros (incluso, yo creo, hechos por él mismo), sólo querían ya un lugar de descanso en una percha del armario.<br /><br />Se sentó a mi otro lado, y me gritó un: <em>“que pasa”, </em> a modo de saludo, que hizo que ella se alarmase. Después comentó que la ubicación de la mesa no estaba mal, pero que a él le hubiese gustado un poco más en el centro.<br /><br />Ya estaban los dos, ahora llegaba el peor momento, tenía que presentarlos y conseguir que no se fuera ni el uno ni la otra.<br />Me armé de valor y comencé con un: <em>“os parecerá raro que os haya reunido aquí, sin saber quien es el otro y en lugar tan extraño, pero ha llegado el momento de ponernos de acuerdo”</em>. Y comencé las presentaciones. Es de caballeros empezar por las damas, así que así lo hice.<br /><em><strong>“Cobardía aquí tienes a Valor”. “Valor, ella es Cobardía”.</strong></em><br /><br />Los ojos de ambos escrutaron la cara del otro. Sentí que <strong>Cobardía</strong> se iba a levantar y marcharse, pero hasta eso le daba miedo en esta situación. <strong>Valor</strong> sólo la miró, sonrió con sus dientes perfectos de clínica dental y levantó la mano en señal de saludo.<br />Yo, en medio, pues ahí es donde dice Platón que queda la virtud, trataba de pensar que pasaría con este encuentro.<br /><br />Pero había llegado el camarero, ahora no podía empezar a plantear el dilema y el porqué los había reunido.<br /><br /><em>“Mejor pedimos y luego ya os cuento, vale?”....</em><br /><br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-57683275829333509382010-01-10T21:11:00.001+01:002010-01-10T21:15:14.479+01:00Se acaba una época.<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S0o1Ko18JbI/AAAAAAAAAD8/K24MuHBTGVg/s1600-h/desaturada.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 216px; height: 320px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/S0o1Ko18JbI/AAAAAAAAAD8/K24MuHBTGVg/s320/desaturada.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5425207157999805874" /></a><br /><strong>En</strong> realidad, según el almanaque que una vez traje de allá arriba, lo que se acaba es el año 2009 de vuestra cuenta. Pero aquí, ciertamente, lo que trato de cerrar es una época.<br />Una época que no sé si recordar, para hacer balance, si eso se puede hacer aquí, pues a veces creo que todo es una espiral infinita, y una vez que llegas al vértice inferior, el más estrecho, el que más aprieta; vuelves a empezar por la parte de arriba, la parte ancha, la que más libre te deja. Por eso me da miedo hacer balance, porque quizá, ahora que me encuentro en el vértice más ancho, no me apetezca volver a caer en esa espiral. Me gustaría amarrarme fuertemente a este extremo y quedarme aquí mucho tiempo, aunque sea colgando en el vacío.<br />Ahora, cuento los granos de arena que cayeron en este reloj que soy yo. Pero no he encontrado ninguno (alguien me dijo, en este mismo año, que yo era un reloj de arena sin arena, dejando malgastar mi tiempo en cuentas infinitas).<br />Y creo que llevaba razón. Este año disfruté unos pequeños segundos de alegría, después, fue cuando la espiral se hizo insoportable, me asfixiaba. No debía seguir bajando, pero no pude aferrarme a nada, sólo caía sin concesión, el final llegaría en algún momento. <br />Y llegó... pero no como yo esperaba. En algún momento, en la penúltima, la espiral se hizo ancha y pude volver arriba.<br />No sé bien como o quién había dado la vuelta a este caer infinito, pero ahora que ya estoy arriba, no quiero bajar más. Sé que abajo estará el Ángel (ya sin su indefectible Luz) y por eso no quiero bajar.<br />He decidido cerrar ciclos y creo que el suyo es el primero que tengo que cerrar. Ahora empiezo aferrándome con uñas y dientes a esta parte del camino. Con un curandero que puso vendas impregnadas con saliva en las heridas más hondas; con un curandero que hizo que dejará de sangrar por cada cicatriz del corazón; con un curandero que apagó la luz y arrancó todas las alas de ese Ángel (tan) malvado.<br />Y, si el tiempo me lo permite, <em>seré feliz por si acaso, esa es mi medicina; por si acaso el cielo se vuelve a torcer y me pilla debajo. Llenaré mi vaso de vino hasta arriba, porque con agua parece que está vacío. <br />Veré amanecer de nuevo y ver como el mundo vuelve a la carga y brilla con su espada.</em><br /><br />Y, aquí, aguantando para no caer, <em>quisiera darte un beso imposible, un beso más hermoso que el tiempo. Quisiera darte besos y dormirme pegad@ como un loc@ a tu cuerpo.</em><br /><br /><strong>Saludos desde el Inframundo.</strong><br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=5a4ce10" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-39491160598920195572009-11-22T21:00:00.000+01:002009-11-22T21:01:58.115+01:00Qué buena idea fue...<strong>T</strong>odo está cambiando mientras permanece estático. Siguiendo con las incongruencias de aquí abajo, claro. Pues, aunque parezca todo más o menos igual, no es cierto.<br />Las cosas varían tan lentamente aquí que es como ver los cambios producidos por el paso de la lengua de un glaciar por su cuenca... al final, tras muchos meses, las cosas se van notando.<br /><br />Y él, el curandero, sigue aquí. No sé porqué motivo no ha querido marcharse aún. Dice que <em>le gusta mi compañía </em>y no llego a entender el porqué. Pero a mí me hace mucho bien, a mí también me gusta su compañía, a mí, si llego a decir la verdad, me encanta.<br />A veces creo que no es un curandero como tal, simplemente es un empleado de la limpieza. Ha empezado a barrer malos recuerdos, ha tirado viejas plumas y ha quitado todo olor a Luz o a su cuidador. Simplemente, al pasear por este terreno, ha dejado el suyo. Un olor que no es muy peculiar, es normal, no tiene ni trazas de ser dulce, ni amargo ni más almizclado o más avinagrado. Casi podría decirse que es un olor neutro, que quizá ni siquiera sea su olor. Quizá sea el olor que tenía todo esto antes de que el azufre que hacía prender la Luz llegara aquí abajo.<br />Es alegre, eso es otro de los motivos por los que las cosas aquí no son iguales. Ríe a cada momento, todo su trabajo lo hace con una sonrisa e incluso a veces deja alguna carcajada colgando en el aire. Una carcajada tan densa que en ocasiones me parece verla como se sujeta fuertemente de las estalactitas para no caer y quedar siempre flotando en el aire. Cuando ya cae, es porque otra viene de camino... son tan alegres que yo quiero imaginarlas de colores, dando así otros tonos a esto que fue una vez entre gris y negro.<br /><br />No sé el tiempo que se quedará... pero ahora me da miedo que una vez que acabe su trabajo se marche. Es egoísta quererlo para mí, para siempre... supongo que éste es su trabajo y debe seguir su camino... pero, no puedo quedarme con él para siempre o al menos un poco más? No puedo acompañarlo en su trabajo en lugar de dejar q se marche?<br /><br />Sea como fuere, qué buena idea fue...<br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=4aa15c1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-80070214088370994832009-10-31T13:13:00.001+01:002009-10-31T13:39:08.740+01:00“Cuando estés en vena”<strong>Hacía </strong>tanto tiempo que no escribía...<br />Ahora, después de todo ese tiempo me he dado cuenta de algo. Me he dado cuenta de que éste es <strong>MI</strong> reino, yo soy quien lo habito y gobierno y no quiero que nada ni nadie decida sobre sus formas de llevarlo.<br />Una Luz, una simple luz, consiguió trastocar todo el orden.<br />Y fue peor su cuidador. La eterna sombra que custodiaba una Luz que terminó siendo tan mala para él como para mí.<br />Una vez expulsada la Luz, el cuidador no quiso irse tras ella; se quedó aquí merodeando, para recordar el dolor que ella hizo sobre mí. La Luz no es buena aquí abajo, pues muestra en toda su plenitud la carcoma de este lugar.<br />Pero, tras este tiempo, me he dado cuenta que, ya que soy yo quien mando, no era tan difícil expulsar a la una y al otro.<br />Traté de luchar duro, de exigirle que se fuera...pero ante sus alas mis labios quedaban mudos.<br />Traté de no luchar, de que se marchara por agotamiento o por aburrimiento de estar en un lugar tan inhóspito.<br />Pero no eran buenas táctica... la paciencia es una de sus mayores virtudes.<br />Entonces, sin saber de donde, el viento del norte trajo a un curandero. No sabía muy bien su función aquí, no entendía muy bien que debía de curar. Pero me sorprendió, comenzó curando las paredes. Suena extraño, verdad? Comenzó tapando agujeros y llenándolos con susurros. Palabras dentro de unos agujeros de roca? Para qué iba a servir eso? Pues, sorprendentemente, sirvió. La roca se aglomeró sola. Se cerraron las grietas y dejó de supurar dolor por cada resquicio.<br />Después se acercó a mí. Me acarició dulcemente la cara y dejó caer en mis oídos también bellas palabras, además de su aliento.<br />Eso me iba a curar a mí? Quizá hizo efecto en la roca, pero en mí, después de tanto tiempo?<br />Pues sí, no sé como, el curandero había conseguido que <em>luchara con la cabeza y pensara con el corazón</em>. Y así, sin saber como, sin ninguna violencia, eliminé al cuidador, a ese Ángel de Luz que ya no hacía nada aquí, salvo causar dolor. Quizá vuelva, nunca se sabe cual es su destino, pero estos días, me ha dejado descansar al menos.<br /><br />Y él, el cuidador, de momento, decidió quedarse un rato, por si acaso necesitaba más de su ayuda.<br /><br />Por eso, durante este tiempo, no he pasado mucho por aquí. Estaba escuchando sus palabras, que gota a gota han dado un poco de calor a este frío de mi corazón. Para dejar, poco a poco, sus palabras en mis venas. <br />Ahora, ya está en vena.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=ed359c1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-65617271514670512072009-09-01T21:04:00.001+02:002009-09-01T21:07:27.998+02:00Eppur si muove<a href="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Sp1w4GM9RhI/AAAAAAAAADw/oQWE-kvQJUc/s1600-h/adiosreto.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 320px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Sp1w4GM9RhI/AAAAAAAAADw/oQWE-kvQJUc/s320/adiosreto.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5376577639190185490" /></a><br /><strong>C</strong>urioso es ver como las cosas funcionan al revés. A medida que el espacio aumenta, veo como las paredes se van aproximando, van estrechando el cerco.<br />Ahora, cuando me he armado de valor y he apagado la infinita Luz. Ahora que la oscuridad hace que esto parezca un pozo insondable; es ahora, digo, cuando parece que las paredes me van a aplastar.<br />En el último momento, cuando sentí caer la última gota en el último rescoldo de llama, oí un ruido. Mis oídos están abotargados aquí abajo, así que no quise creer que lo había oído.<br />Dejé pasar el tiempo (el arrastrar del tiempo) y, aun queriendo ignorarlo, sentía ese crujir. <br />Ese crujir que me demostró que es cierto. Los muros se mueven. Muy lentamente. Podría decirse que se trata de un movimiento tectónico, por su lento caminar. Pero se mueven, como diría Galileo.<br />Se van estrechando entorno a mí. Cuando yo no estoy en algún lugar, parece como si todo fuese como antes. Pero cuando yo estoy ahí, todo parece más pequeño.<br />Me estoy asfixiando en mi propio infierno. En el Reino que (ellos) construyeron para mí, ahora soy el extraño, el invasor.<br />Los Fantasmas lo notan y procuran arrinconarme siempre en el mismo lugar. Quieren que permanezca tanto tiempo en un mismo sitio... supongo que esperan que esté lo suficiente para que las paredes lleguen a aplastarme.<br />No saben, espero, que cuando la opresión es tal que apenas puedo moverme, mi Flor deja fluir el aroma tan suyo, tan característico, que hace que tenga que ir hacia ella. Allí, en el espacio en el que ella vive feliz, no hay opresión. Pero es ahí donde menos puedo quedarme. No quiero que ella sufra y menos aún, ver la luz que sí que persiste en su lugar. Justo estoy el tiempo necesario para conseguir respirar.<br />Después, cuando ya mis pulmones han recuperado su capacidad para insuflar el aire necesario, salgo huyendo hasta otro recóndito lugar; donde, más pronto que tarde, me hallarán mis fantasmas y volverán a acorralarme.<br />Pero, oh, pobre ingenuos!!!, ¿no saben que mi cuerpo es una caja vacía? ¿no saben que sólo aplastarán mis roídos huesos y mis ajados músculos? El músculo más importante, el artífice de todo movimiento, hace tiempo que no está conmigo, en esta jaula.<br />Yo descubrí su ausencia no hará mucho, pero cuando noté su hueco el dolor hizo que todo mi rostro se convirtiese en una mueca.<br />¿Desde cuándo lo tienes? Qué pregunta tan ingenua. Es obvio, desde que me dejaron caer aquí, ya era de alguien.<br />Ahora ya sé de quien es.<br />Si ellos no lo descubren, si dejan que también se marche (y pido a Zeus que lo haga cuanto antes) sin hacerle ningún daño, reposará tranquilo y feliz. Entre la túnica y las plumas de sus alas, mi corazón seguirá sano.<br />Sólo espero que no lo sepa nunca él tampoco. Es un órgano ya tan oscuro y agotado, que ni él querrá llevarlo como lastre.<br />Una vez que se haya ido, del todo, y se lo haya llevado, yo seguiré fingiendo que vivo, seguiré pensando que soy alguien y nadie lo notará.<br />Pero, desde ese día que se lo llevó, ya no soy nadie.<br />Sólo espero que lo cuide sin saberlo. Que lo mime sin notarlo y que lo guarde sin buscarlo.<br />Sólo te llevas lo que siempre fue tuyo, nada más (y nada menos).<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-79968316722216943292009-08-11T17:14:00.002+02:002009-08-11T17:17:24.452+02:00El último adiós<a href="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SoGLbUHwuhI/AAAAAAAAADo/D5LXnkHLj00/s1600-h/imaginarte_thumb%5B2%5D.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 213px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SoGLbUHwuhI/AAAAAAAAADo/D5LXnkHLj00/s320/imaginarte_thumb%5B2%5D.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5368725532176333330" /></a><br /><strong>C</strong>uando él llegó, ella apenas tenía una rendija de sus párpados abiertos.<br />Se acercó, la tomó entre sus brazos y acarició su mejilla pálida, casi transparente.<br />Ella sintió el tacto de su mano y abrió los ojos. Con las últimas fuerzas que le quedaban le dijo: <br /><em>“Cuida ahora también de mi alma, pues el corazón ya era tuyo antes de esto”.</em><br /><br />Después, con una sonrisa en los labios, exhaló el último aliento.<br /><br /><br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-69848804950657975732009-07-14T21:50:00.002+02:002009-07-14T21:55:53.109+02:00Tantos días ausente, tantos días de muerte…<a href="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Slzitn24VkI/AAAAAAAAADg/UO2OCRV80Gc/s1600-h/2219394706cea0ae5e0bkk4.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 213px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Slzitn24VkI/AAAAAAAAADg/UO2OCRV80Gc/s320/2219394706cea0ae5e0bkk4.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5358406930085205570" /></a><br />¿<strong>Q</strong>ué es mejor, el abandono total, de golpe, seco, sin sangrar… o el ir dejando cada día un poco más de distancia, dejando gotas de sangre en cada paso que aleja los dos extremos del camino que nunca volverán a unirse?<br />No sabía que elegir, ambas opciones son malas o buenas. Ambas opciones son, al fin y al cabo, una decisión difícil.<br /><br />Después de remover tierras de aquí abajo, decidí remover el cielo de allí arriba. Sí, lo hice de nuevo, me escapé por un tiempo, que ahora que veo, ha sido muy largo.<br />Supongo que a mí no se me ha pasado tan rápido cuando cada día pasaba con una lentitud pasmosa y sin nada de refugio y consuelo para mí.<br />Tenía que escaparme más lejos. Tenía que ver donde estaba el auténtico creador de los infiernos.<br />Me fui, pues, a la tierra de los infiernos de Dante, donde quizá tuviera que pasar las 7 pruebas para rescatar... el qué??? Él luchó por rescatar a su amor, pero, a quién tenía yo que rescatar y de qué? A mí mismo no era necesario rescatarme, ya no tenía salvación desde hacía demasiado tiempo y además, cada vez que estaba cerca de resarcirme, volvía a cometer estupideces que hacían que ningún pecado fuese perdonado.<br /><br />Pero nunca partí del todo, dejé mis gotitas de sangre para seguir el camino. Hasta que no me quedó más. En algún momento de mi largo periplo, mi sangre se coaguló y se agotó de caer, sin más, sin sentido. Dejando un camino que nadie iba a seguir para encontrarme, pues nadie me estaba buscando.<br />Entonces, sin sentido y sin un rumbo que marcar a quien sabe, me dejé llevar. Me tumbé en la arena cálida, esa que hacía tiempo que no tocaba y sólo dejé de pensar. Durante no sé cuanto tiempo, la cabeza dejó la consciencia en algún lugar lejano y sólo fui. No sé si esto está bien dicho, sólo ser, pero al menos los sonidos agudos de mis Fantasmas, el batir de Alas de Mi Ángel y el chasquido infernal de las llamas de allá abajo, no llegaron a mis oídos.<br /><br />Sentí Furia... Quise romperme, volver a hacerme en otro ser. No soy Penélope, yo no voy a esperar a Ulises eternamente tejiendo un telar que ni siquiera he empezado. Me agoté, en ese momento, de esperar... Quise romper todo y todos los lazos que me atan. Fue la Furia, pero sólo fue momentánea.<br /><br />Pero no era factible, volví, caí y traté de encogerme tanto que no se me viera. Pero, todos aquí abajo tienen algún sexto sentido, que yo no he desarrollado, y me perciben incluso antes de que haya llegado. Y él, el maldito Ángel, también lo ha desarrollado; inmediatamente después de sentarme en la roca fría y dura (más fría ahora porque hacía tiempo que yo no me sentaba en ella) sentí su batir de alas. Nada podía hacer que no lo oyera, ni mis manos en mis oídos, ni los gritos de los Fantasmas; ni tan siquiera el penetrante y oloroso perfume que mi Flor trataba de esparcir por el ambiente. Era como el canto de las sirenas...<br /><br />Y de nuevo, caí rendido. De nuevo, sonreí, tragué el orgullo que no sé manejar y caí.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=1dffe11" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-81550504096158001462009-06-09T08:50:00.002+02:002009-06-09T08:52:21.640+02:00Volveré<strong>V</strong>olveré, lo prometo, cuando mi ordenador decida volver también...<br />Aquí abajo debe ser que no es un lugar muy apropiado para circuítos y chips, y él, mi pequeño ordenador, ha decidido tomarse un respiro.<br />Por eso, cuando él decida que quiere volver, lo haré con él.<br />Gracias por seguir aunq yo no esté.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-20424912863936200322009-05-04T23:08:00.001+02:002009-05-04T23:16:24.145+02:00Salto al vacío.La puerta se abría, poco a poco, con la lentitud de una pesada compuerta de un avión que se encontraba a 1000 pies de altura (a los q sean necesarios para saltar).<br />Estaba todo preparado, la puerta, al abrirse, dejaba entrar un ruido ensordecedor del aire pasando a una velocidad que yo creía q no podía existir.<br />Todo estaba listo, la puerta había llegado al máximo y el aire ya no era una brisa fuerte, era un auténtico vendaval en ese pequeño cubículo que teníamos reservado los paracaidistas.<br />Estaba todo preparado, no sabía si tendría el valor de saltar desde tan alto; abajo, los parajes se veían como pequeñas maquetas que un arquitecto estaba construyendo en ese mismo momento, se veía como algunas de las pequeñas figuras que se iban a colocar todavía se movían , como si el maquetador no encontrase lugar donde ubicarlas.<br />Iba a saltar, era ahora o nunca. No tenía valor, me faltaban fuerzas, me pesaba el paracaídas… Pero mi monitor, Voland, el mejor del mundo; sólo me miró, me puso esos ojos q él sabe que doblegan mi voluntad… Y entonces salté.<br />A medio vuelo, me di cuenta q lo q pesaba no era un paracaídas. En mi espalda, venían pegados a mí todos y cada uno de los silencios, gritos o voces que no di. Pesaban como losas y me empujaban hacia el vacío a una velocidad insospechada. Iba a caer, me estamparía contra el suelo y sólo quedaría una mancha, fácil de borrar, q el tiempo no dejaría ningún recuerdo de mí allí donde estuve.<br />“No me dejes caer, no me sueltes. Déjame creer q a tu lado todo saldrá bien” Le gritaba una y otra vez a mi querido Voland, pero él sólo me gritaba q tenía q dejarme caer, tenía q ir soltando el lastre y así la caída sería más suave, no dolería tanto.<br />Fui soltando, una a una, esas losas pesadas que tenía en mi espalda y sentí, es cierto, q la caída no era tan rápida. <br />Cuando ya mi cuerpo rozaba el suelo, cuando ya el golpe iba a ser el final, sentí la dura roca. No había caído al vacío. Simplemente me había dormido sobre la roca fría y lo q estaba viendo en sueños es lo q siempre me había gritado mi gran Voland, ese ángel caído que pasa por aquí.<br />Tenía que hacerle caso de una vez. Era ahora o nunca. Me armé de valor (del poco que me quedaba), volví a coger a mi corcel negro y juntos galopamos hasta tierras inhóspitas, donde yo sabía q moraba el Ángel de Luz. Dónde él no sabía q le esperaba.<br />Me aposté a la espera de ver llegar sus blancas alas; sabía que el factor sorpresa jugaría en mi favor.<br />Y cuando lo tuve enfrente le espeté que se marchara. De frente, a unos breves 15 centímetros de su rostro, le pedí que se fuese lejos, q cogiese su Luz (su inefable Luz) y que se marchase para siempre. Dolía más su luminosidad aquí abajo que todos los gritos de los Fantasmas. Sus alas producían un ruido tan lastimoso para mis oídos que ni el ensordecedor gemir de Ella podían apagarlo.<br />Vete, escapa, márchate, déjame vivir en mi negrura como lo hacía antes. No me enseñes con tu Luz lo inhabitable que es mi Inframundo. No me muestres en lo que me he convertido y a lo que nunca podré acceder. Márchate y no te gires al hacerlo, sigue hasta que hayas salido.<br /><br />Realmente, él no esperaba estas palabras. Querría creer que en su rostro se dibujó una mueca de sorpresa. Pero sólo lo creí, pues no dijo nada, giró su túnica, alzó sus alas y se marchó.<br /><br />Pensaba que por fin lo había echado, por fin había escapado de su embelesadora sonrisa… <br />Pero nada es definitivo aquí abajo… Sólo se había marchado para recomponerse. Ahora, después de la sorpresa, venía con nuevas armas.<br />Ya no quería causar dolor. <br />¿Soportaría yo, ahora, esa nueva y extraña amistad que me proponía?<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-82439407536406698272009-04-24T21:51:00.002+02:002009-04-24T22:04:13.304+02:00No he querido saber pero he sabido.<span style="font-size:180%;">A</span>sí comienza un libro que me dejó huella. Así comencé a salir de la Caverna del Olvido.<br />No quería saber, no quería escuchar nada, pues la ignorancia es el mejor paraíso en el que podemos habitar. No hay persona más feliz que el que no sabe lo que le espera… Así creía yo sentirme al salir de esa Caverna sin saber que encontraría fuera y, sobre todo, sin querer encontrármelo.<br />Las promesas que nunca llegaron, desde inicios de año, habían hecho que ya no escuchase nada. Todo eran mentiras, ¿para qué escuchar?<br />Pero algo se movía en el exterior y, aunque aquí dentro se está bien, debía de salir para ver que ocurría.<br />Y todo estaba como siempre y todo estaba del revés. Todo volvía a ser el ordenado caos de aquí abajo, pero la mitad de los Fantasmas descansaba, mientras la otra mitad los observaba. ¿A qué se debía este extraño comportamiento? ¿Por qué se vigilaban los sueños los unos a los otros?<br />Una vez que todos los que velaban los sueños vieron mi negra túnica salir, comenzaron a emitir sus gritos agudos, para despertar al resto. Era la señal para hacer algo… pero, ¿el qué?<br />No quería saber… quería seguir en la ignorancia.<br />Pero eso no me está permitido a mí, tenía que saber, era mi obligación. Uno a uno, fueron cerrando un círculo a mi alrededor, como si así pudiesen retenerme. Saben perfectamente que no es así, pero esta vez pudieron, pues su grito empezó a tomar un nombre. Todos repetían, al unísono: <em>“tu Flor nos ayudó, tu Flor nos ayudó…”</em><br />Qué estaba ocurriendo??? Qué había hecho mi Flor?<br />Sin poder pensar más que en eso, me fui hacia ella. Estaba casi sin color, caída de un lado. Me acerqué y pude ver que habían exprimido todo el olor que ella fabricaba para mí y se habían llevado toda su belleza. Pero por qué?<br />Al final, sin saber como, me armé de valor y fui a hablar con ellos. Los Fantasmas esperaban, no tienen otra cosa que hacer de todas formas, y sabían que volvería. Grité al aire, a alguien, qué había pasado.<br />Entonces, con una calma que sólo pueden tener ellos, como si de una sola voz se tratase, me dijeron que sabiendo que mi Flor podía fabricar el olor que a mí me mataba, habían tratado de tomar todo cuanto saliera e impregnado sus halos.<br />Todo olía al perfume que debe tener mi Ángel de Luz, todo el Inframundo olía a eso. De ahí que no me resultase extraña la salida de la Caverna.<br /><br />Y ahora me veo persiguiendo humo. Persiguiendo, día tras día, un olor que no es el de mi Ángel pero se le parece. Cada paso me lleva a buscar algo que no voy a encontrar, no voy a hallar, al final de mi búsqueda, una sonrisa ni una caricia ni una palabra de apoyo. El frío de mi ser, mi carácter gélido, no lo merecen. No voy a encontrar tras la última roca que tuerza, el suave salpicar de las olas cuando saca la carita un delfín, uno de los sueños que nunca cumpliré.<br /><br />No voy a encontrar nada, porque sólo voy persiguiendo humo. Un humo que tiene su origen en el fuego que ha generado la maldita Luz y el Ángel que la vigila. Y que yo he dejado que se propague durante demasiado tiempo, ahora ya es muy difícil de apagar.<br /><br />Quiero escapar de una vez, ¿por qué me elegiste a mí conociendo tanta gente?<br /><br />Saludos desde el Inframundo.<br /><br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=6d6de51" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-54881166311718675032009-04-02T21:29:00.002+02:002009-04-02T21:33:15.072+02:00Si tú supieras lo que es…<span style="font-size:180%;">P</span>erder lo que no ha sido tuyo, no hallar lo que nunca se ha encontrado… incongruencias de aquí abajo.<br />A veces, sin quererlo, evoco cosas que quizá tuve en sueños. No recuerdo haber llegado a acariciar las plumas de las alas de mi Ángel de Luz, y sin embargo, en ciertos momentos me parece tener su suave tacto entre mis dedos, como si aún me olieran las manos al perfume que nunca tuve entre la piel…<br />Y de repente me encuentro recordando lo que nunca ha ocurrido como si hubiese pasado ayer. Me encuentro recordando una conversación con Él. Ha venido, por fin, a cumplir la visita que me había prometido y estamos ambos sentados sobre la dura y fría roca donde yo suelo recostarme. Pero esta vez no la siento fría, pues su compañía hace cálido cada rincón en el que Él deje algo de su presencia.<br />Pero entonces una carcajada malvada me devuelve a la realidad. Son recuerdos falsos, son sueños… Yo creía que no era capaz de soñar, pero ahora me he dado cuenta que el soñar es malo. Por eso nunca quise soñar.<br />De repente me encuentro caminando, como siempre, incansables mis pasos hacia ningún lugar; estoy en el mismo lugar, no hay alas que acariciar ni charla que mantener. Aquí nadie escucha nada.<br />No, eso no es cierto, tengo a mi bella Flor. Abandonada hace tanto tiempo al lugar donde ella quiso quedarse, entre las flores que serían mejor compañía que yo. He de ir a verla, tengo que volver a acariciar sus pétalos. Un recuerdo tan real que a veces lo olvido, que contradictorio.<br />He vuelto a verla. Está preciosa. Ha crecido, bueno, su tallo es más fuerte y más verde. Es tan gratificante ver que por fin conseguí que creciese con bellos colores, en lugar de ese gris que empezaba a apoderar de ella.<br />Y me sigue sintiendo. En el mismo instante que mis roídos zapatos tocaron terreno florido, ella giró su cáliz. Me había sentido, estaba claro que no dejaría de querer estar a mi lado aun estando tan bien como estaba ahora. Se giró, como digo, y no pude evitar volver a tumbarme junto a ella.<br />Hablé durante tanto tiempo que olvidé que a veces hay que descansar. Le conté mis idas y venidas, las promesas nunca cumplidas de Él. Los llantos no vertidos pues no quedan ya lágrimas en estos ojos que duelen tanto de haber llorado todo lo que había que llorar.<br />Ella escuchaba, la sentía escuchar al menos. Y entonces, sin saber como, parecía que el olor que emitía se parecía al perfume que nunca tuve cerca, el perfume que recordaba y que nunca llegué a oler. Me pareció como si ella estuviese elaborando el olor que deberían de tener las alas de mi Ángel de Luz. Y también, sin saber muy bien como lo consiguió, sentí como si sus pétalos tuvieran el tacto del rostro de Él. Era como volver a acariciar las mejillas de alguien que sigue vivo, que dejó este Inframundo para tener una vida como era debido.<br />Y entonces, volví a llorar. Necesitaba tanto sacar esas lágrimas negras que estaban anegando mi alma, que no supe parar cuando comenzaron a caer.<br />Esos sentidos abotargados habían despertado el recuerdo falso pero también el dolor verdadero.<br />Llorar me hizo sentir que aún quedaba algo de mí dentro de toda esta pena. Llorar me sirvió de algo.<br />No quería verter todas mis lágrimas en terreno tan bello, así que volví a mi lugar, en donde me esperaban de nuevo mis Fantasmas. Pero esta vez no quise escucharlos, tenía que seguir llorando y mis llantos provocan sus risas, así que me escondí de nuevo en la Caverna del Olvido.<br />De ella vengo ahora, deseando que este tiempo pasado allí consiga hacerme olvidar los recuerdos de lo que nunca ha ocurrido.<br /><br /><em>“Si tu supieras lo que es ver al sol morirse de ganas de dar de lleno en la pared de un cuarto sin ventanas”<br /></em><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-29042297384648023722009-03-10T18:28:00.001+01:002009-03-10T18:30:37.158+01:00El reloj de arena.<a href="http://2.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Sbajtp83mmI/AAAAAAAAACo/0xPHKhf3a1Y/s1600-h/Si+fuera+Carlos+Chaouen.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5311612815280675426" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 238px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/Sbajtp83mmI/AAAAAAAAACo/0xPHKhf3a1Y/s320/Si+fuera+Carlos+Chaouen.JPG" border="0" /></a><br /><div><span style="font-size:180%;">“</span><em><span style="font-size:180%;">E</span>res un reloj de arena sin arena…</em>” tras ese aullido tan inteligible para mí (entendí perfectamente esta frase) el lobo salió corriendo de este terreno. No le gustaba pisar por el agreste suelo duro de aquí abajo. Las rocas zaherían sus patas, sus pezuñas tan pulcramente cuidadas.<br />Dos frases, hace ya mucho dejó otra aullando en mis oídos, dejó en mi cabeza. Era el momento de girar el reloj, pero… que arena caería si ya había perdido toda.<br />Había dejado perder, grano a grano, la esencia de mí. Todo lo he dejado pasar, he dejado pasar el tiempo, tan importante, de mi reloj y ahora ya no se puede recuperar.<br />Razón tenías, lobo, he perdido tontamente.<br />Y no supe como seguir sin tiempo. Ahora ya no hay tiempo ni que ganar ni que perder. Está todo acabado o sin empezar…<br />Ahora, sólo puedo esperar que mientras dejo que se arrastren mis pies, la arena vuelva al reloj (si eso fuese posible…).<br /><br />Hoy, sin arena, sin fuerzas, no puedo escribir más.<br /><br />Gracias Lycans por mi definición.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.</div>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-7807893493513602532009-02-21T19:23:00.002+01:002009-02-21T19:29:55.659+01:00Y llegado el momento ¿qué?<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SaBIFnZe1nI/AAAAAAAAACg/ochtTmCf8mA/s1600-h/Extremoduro.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5305319622354851442" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 241px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SaBIFnZe1nI/AAAAAAAAACg/ochtTmCf8mA/s320/Extremoduro.jpg" border="0" /></a><br /><div><span style="font-size:180%;">H</span>ace tanto que no paso por aquí que apenas llegué a tiempo para darme cuenta de que había llegado ese mes, ese Febrero prometido.<br />Todo tenía que suceder este mes. Todo ha sucedido sin suceder, todo está por pasar y lo único que va pasando es el mes prometido.<br />Era el mes en que Él había prometido una visita atemporal; una visita que yo casi ya no me merecía. Yo le había dejado escapar, aun sabiendo que eso mataría el poco resquicio de alma que quedaba en Ella. Y se fue, no lo dudó.<br />Y ahora era el momento en el que Él me quería devolver ese favor. Quería volver a sentarse junto a mí, en mi lugar preferido, en donde la fría roca ya había perdido esa característica por estar yo siempre sobre ella.<br />Pero no sabía como llegaría, sentía un miedo extraño en lo que yo llamaba cuerpo. Un miedo que atenazaba mis sueños. Ya no descansaba durante esas horas en las que todos los Fantasmas duermen también (arriba lo llamáis noche no?) y cada vez que mis ojos se cerraban, era su rostro lo que veía aparecer por los cristales sucios de mi vieja y atrayente Ventana.<br />Pero al abrirlos, no había nadie. Seguía ululando el viento por ella, pero no había rastro de Él.<br />Y entonces, cuando ya no le esperaba, cuando mediaba el mes, cuando la esperanza se había marchado por el hueco que queda entre las juntas de los cristales de la Ventana, le vi asomarse. Estaba allí. Mirando la manera de entrar y sonriendo con esa sonrisa mortal que sólo Él sabía poner.<br />Me resultó tan extraño. No era como yo lo recordaba, ahora tenía a su alrededor una luz azulada que lo hacía diferente, como más serio, más responsable, menos pagado de sí mismo.<br />Pero me dio miedo abrirle (de nuevo el maldito miedo que dirige mis pasos) y no supe como reaccionar. ¿Quién era yo para dejar pasar a la causa de los mayores dolores de Ella? ¿quién era yo para disfrutar de un momento de paz en el lugar donde nadie descansa? Me preguntaba esas cosas una y otra vez… miedo, miedo, miedo…<br />Y de repente, se escuchó…<br />Provenía de muy lejos, no sé exactamente de donde. Pero era un sonido que conocía tan bien; un sonido tan suave, tan dulce y frágil que yo oía como el peor de los sonidos. Que me hizo postrarme en el suelo, de rodillas, gritando para no escucharlo acercarse. Pero era inevitable. El frufrú de las alas estaba cada vez más cerca.<br />Y cuando ya estaba enfrente de mí, las extendió. Abrió las alas. El Ángel de Luz había vuelto. Traía una Luz distinta a la que vi en un comienzo y sonrió.<br />¡No, por favor, no sonrías! No hagas eso a mi pobre miedo. Mi miedo que se agigantó cuando sonrió.<br />¿Y qué hago ahora? Dejaba entrar por la Ventana a quién cuidó mis fiebres, le dejaba entrar a Él… o volvía a sucumbir a la sonrisa hipnotizante de mi Ángel? Aquél que me mató en vida y dejó el poco rescoldo de vida herido?<br />Qué prefería, ¿el abandono seguro, tardío y adelantado? ¿o el abandono continuo, sin previo aviso, día a día; para volver a empezar al siguiente?<br />Sentí la necesidad de decirle, mientras estaba enfrente mío: “me hubiera gustado aprenderte” pero tampoco pude hablar; el miedo, de nuevo el estúpido y paralizante miedo, había hecho mella en mi lengua y no supe decir nada.<br />Él estaba mirándolo todo desde la Ventana y esperaba mi respuesta.<br />Y… no respondí a ninguno. </div><br /><div>Me quedé allí, sólo dejé escapar unas palabras, no sabía bien para cual de los dos era, o si eran sólo para mí, para cerciorarme que no había enmudecido eternamente.<br />Dejé en el aire mi propio monólogo, sin saber si era monólogo o diálogo. Sólo dije lo que debía; le(s) dije: “Nunca dejaré de quererte aunque tú no lo sientas, aunque tú no lo veas o no lo conozcas. Pero tengo que dejar de pensarte porque eso me va a matar.<br />No dejaré que te duela ni sentirás mi dolor. Desaparecer es tan fácil ahora; justamente ahora, cuando más medios hay para encontrarse, más fácil es esconderse”.<br />Y esto me agotó, caí sin fuerzas, escuchando el malhadado latido circular, que daba vueltas y más vueltas en mi sepulcral pecho.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.</div>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-75445909876792115832009-01-27T22:26:00.001+01:002009-01-27T22:29:57.809+01:00Esperando Febreros…<a href="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SX98zO_b03I/AAAAAAAAACY/jNsx5YCjN8U/s1600-h/cuervo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296088906450326386" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 230px" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/SX98zO_b03I/AAAAAAAAACY/jNsx5YCjN8U/s320/cuervo.jpg" border="0" /></a><br /><div><span style="font-size:180%;">Q</span><span style="font-size:100%;">uizá sea debido a la fiebre, que me hace delirar; o quizá sea debido a esa ponzoña que me inunda los pulmones impidiendo que el sucio aire de aquí abajo llegue a mis pulmones, pero hoy, de nuevo me senté a no mirar nada.<br />Eso pensé en ese momento, eso pensaba cuando todo iba mal.<br />La dura piedra acogió mis pensamientos, pero también traspasó su frío a mis doloridas carnes. Y, de nuevo, la negra garra atenazó mis órganos respiratorios. Era como su las uñas de algún ser prehistórico hubieran hecho presa en ellos y nada podía entrar. Y el tratar de hacerlo hacía más daño aún.<br />No tenía, pues, ni fuerzas, ni ganas de seguir haciéndolo y me tumbé, respirando lo poco (o nada) que llegaba a ellos.<br />En estos delirios me imaginé lo que no era. O quizá no fue mi imaginación…<br />Pensaba, más bien creía ver, a mi lado, tomando mi mano aquella figura que casi no había reconocido nunca. Tenía su cabeza cubierta, por una especie de haz de luces de colores, que no me permitían ver su rostro. Por eso, en ese momento, no sabría decir quien era.<br />Pero fue la expresión de Ella la que me reveló quien cuidaba mis desvaríos de fiebre (o a quien creía yo ver a mi vera). La cara de Ella me mostraba su más completo asombro, los ojos reflejaban las lágrimas que nunca podría volver a verter y sus pómulos tenían la palidez que sólo un alma que no está aquí abajo podría causarle a un alma que sí pertenece a este remoto lugar del Inframundo.<br />Era Él; sin saber muy bien porqué o cuales eran mis motivos, me había imaginado que Él tomaba mis manos y me bajaba la fiebre con paños de agua…<br />¿Por qué me imaginaba yo eso? ¿Quién era yo para permitirme el lujo de soñar con el malo de las historias de otros???<br />Pero así era, estaba cuidando mis desvelos y dejó que mis labios bebieran del agua que me ofrecía.<br />No sé en que momento volví a la cordura, y obviamente, no estaba allí. Todo había sido un sueño de la fiebre, una locura de las temperaturas elevadas que había sufrido este cuerpo. Cuanta incongruencia en un solo caso. Cómo era posible que yo cayera enfermo? Yo, Thanatos, el cuidador de los muertos, muerto en vida, cómo podía estar preso de una enfermedad de los mortales??? Y, otra más, cómo era posible que Él, que ya no era parte de nada de aquí, estuviese cuidando mis fiebres??? No llegué a entender este mal sueño e imaginé que si Freud (ese psicoanalista que tanto oí comentar allá arriba) me hubiese analizado no hubiese sabido que decir.<br />Pero, ¿realmente había sido un sueño? No sabría decirlo, pues al despertar no estaba, bien es cierto. Pero un aroma raro flotaba a mi lado y un pequeño papel a mi lado, en el que sólo ponía: “espérame en Febrero”.<br />Febrero? Cuándo llega ese mes terrenal aquí? Como mido yo los días que quedan para llegar a ese mes???<br /><br />Así que, de nuevo, me senté a esperar. Esta vez, esperaba Febreros…<br /><br />Saludos desde el Inframundo.</span></div>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-49063784243065710342008-12-27T21:28:00.000+01:002008-12-27T21:29:06.080+01:00Te escribí una canción de amor que tú nunca escucharás.<span style="font-size:180%;">U</span>na vez, hace dos años casi, escribí una carta a esas majestades que vosotros tenéis allá arriba. Quería, pedía más bien, el olvido…<br />Que ingenuidad la mía. Pedir algo que sólo se cosecha en la altas atmósferas de los bien amados. De los grandes seres que no pueden sino quererse a sí mismos porque son lo mejor de cada casa.<br />El olvido es quien elige a quien va a beneficiar y no al revés. No puedo permitirme el lujo de querer olvidar, si él, el olvido, no quiere hacer acto de presencia en estos lugares tan… inhóspitos (por poner un eufemismo).<br />Así que dejé la carta al aire y hoy, a las puertas de volver a tener que pedir esos deseos, me veo ante la carcajada insonora de mi cara. Pues, ese olvido solicitado no ha llegado aún. Entonces, ¿para qué volver a pedir nada? ¿para qué unos nuevos deseos si los viejos aún están ahí, sin cumplir?<br />Me lancé a caminar, pensando en lo que debía hacer. Debía dejar de pensar en las fechas que se aproximaban para así no tener que pedir nada.<br />Era casi mejor escuchar las voces acuciantes de mis Fantasmas o el llorar triste de Ella, aún encerrada en sí misma, aún queriendo a quien no debió querer nunca. Ella, que sí tendría un gran deseo que pedir, ya no podía hacer ninguna petición. Su tiempo real había acabado…<br />Pero fue mala idea caminar para no pensar en los deseos. Porque durante los primeros momentos caminé sin darme cuenta de lo que me rodeaba. Pero, cuando presté atención, me di cuenta de que algo estaba fallando. El grito atronador no se escuchaba; en su lugar, un silencio opresor lo gobernaba todo. Quería volver a escuchar el silencio atronador (valga la paradoja) de aquí abajo, eso me ayudaría a olvidar.<br />Sin embargo, todo había quedado en silencio. Una brisa de aire circulaba por las altas atmósferas de aquí abajo, pero era una brisa fresca, como si alguien hubiese dejado abierta La Ventana.<br />Caminé hacia la Ventana y era exactamente lo que había pasado. Estaba abierta, dejaba que entrase el aire fresco de la tarde y eso relajaba a todos los que aquí moran.<br />Pero, ¿quién la había abierto? Y además desde fuera???<br />Busqué en los alrededores para ver si encontraba algo fuera de su sitio o fuera de lo normal. Y no había nada.<br />Seguí caminando y lo hallé. Encontré la causa de la apertura de la Ventana. Estaba allí, sentado sobre mi roca dura, mirando a algún punto más allá de las paredes del Inframundo. Parecía como si estuviese pensando ya en el lugar al que iría después de salir de aquí…<br />Me paré ante Él y no supe que decir, así que retrocedí aprovechando que no me había llegado a ver todavía. Volví a hacer un esfuerzo por acercarme, pero tampoco ahora fui capaz de dejarme ver.<br />Por fin, cuando dejó atrás su ensoñación, me armé de valor y me dejé ver.<br />No podía creerlo; no hubo ningún reproche en sus palabras; ni siquiera animadversión. Su sonrisa era real, su afecto sincero. Sentí tan cerca su piel que no pude dejar de respirar profundo para quedarme con algo de su perfume en mis fosas nasales para largo tiempo. Así era como iba a ayudar yo al olvido? Después, sin saber como, se marchó y dejó cerrada de nuevo la ventana.<br />Caí en un sopor (o era un sueño todo ello?) y al despertar no supe discernir si lo que había pasado era un sueño o había pasado realmente.<br /><br />Pobre los mortales que ese enamoran de dioses (o era al revés???).<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-28865664746944527182008-12-10T22:26:00.000+01:002008-12-10T22:27:55.122+01:00Un espacio sin ti es infinito…<strong>“<span style="font-size:180%;">U</span></strong>na vez más, la soledad y yo; y entre los dos el aire; mirándonos y sin decirnos nada”.<br /><br />Ha pasado ya el día en que dejé el Inframundo, pero ahora es tiempo de volver. Hay que poner un parche en cada herida, y dejar de derrochar el tiempo que puedo pasar allá arriba.<br />Cuando ya el día se me había quedado frío, el corazón congelado aún por debajo de la coraza dura y el aliento salía en forma de escarcha de mi boca, no pude soportar más caminar por donde no tenía nada que hacer.<br />Era el momento.<br />Me dejé caer, sin más, por el agujero ya hecho desde hacía tiempo. Siempre caeré aquí, aunque la ubicación no sea la misma.<br />Pero esta vez tenía pensado dejar atrás algo que no podía venir conmigo a este nuevo Inframundo.<br />Mi Ángel de Luz apareció en un Inframundo que ya estaba estructurado, en un lugar que ya tenía sus normas y su oscuridad aprendida y aprehendida tan adentro que no hacía falta nada más.<br />Llegó para aferrarse a una Luz que no era mía tampoco, una Luz que no sé porque llegó hasta aquí.<br />Pero era el momento, frente a él (o a la imagen que yo quería hacerme de él) reuní todas mis fuerzas. Era el momento de verter las últimas lágrimas que debían quedarme en los ojos que tendrían que haber estado secas y volver a lo de siempre.<br />En algún momento, cuando las comisuras de mis labios se movieran, tenía que decir las cosas. Pero no querían moverse. Mis labios se habían quedado pegados, como si se tratase de dos losas enormes que no estuvieran articuladas entre ellas. No salía nada de mis labios ante él. Sus alas, grandes, blancas, bellas, aquellas que una vez me dieron abrigo y calor, estaban extendidas y no me atrevía a decir nada. Sólo las miraba, anhelando volver a cobijarme entre ellas, acurrucarme y dejar que pasase el tiempo, el infinito tiempo.<br />Pero no fue así. Yo no dije nada, nada dijo mi Ángel de Luz; pero sus ojos lo reflejaron todo. Su sonrisa, que una vez creí buena, maligna, me mostró lo que había de hacer yo y no hice. Él sí se iba. Su juego había terminado. Sólo había estado aquí una temporada para mostrarme lo que nunca tendría, lo que nunca llegaría alcanzar aunque mi vida fuese ilimitada, aunque tenga que estar cuidando de mis Fantasmas eternamente. Su Luz, la Luz que tanto había custodiado, esa Luz era lo que yo nunca podría tocar aunque a él le quemase. Era su Luz y él decidía si se quemaba o no. Yo no podía decir nada, no podía moverme. Mis pies estaban anclados al suelo de este nuevo Inframundo donde el recuerdo de sus alas y de su Luz nunca se borraría, como si se hubiera grabado con cincel en las nuevas piedras que ahora ocupo.<br />Y el último batir de sus alas me mostró el olor del aire, el congelado aire de la soledad, el frío que hizo que se me congelará el resto del tiempo, el latir de lo que nunca fue corazón. El hueco que dejó, el espacio que parecía infinito sin él.<br />Y yo seguía sin poder odiarle, sin poder gritarle o expulsarle yo. Seguía allí, sin más, con las manos caídas a ambos costados, sólo tratando de respirar, pues sentía que nada llegaba ya a mis pulmones, cerebro y coraza (perdón, quería escribir co…ra…zón)<br /><br />Pero nunca marchaba sin dejar un rastro… dejando plumas de sus alas a cada paso que daba para nunca olvidar.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-45002613621416115432008-11-30T00:11:00.001+01:002008-11-30T00:16:08.565+01:00La última estocada...<a href="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/STHMdcbe4CI/AAAAAAAAACI/QPW_G9NvjTI/s1600-h/th_VLR-k44_jpg.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5274221444847296546" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 138px; CURSOR: hand; HEIGHT: 192px" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_51lFAV4b7IM/STHMdcbe4CI/AAAAAAAAACI/QPW_G9NvjTI/s320/th_VLR-k44_jpg.jpg" border="0" /></a><span style="font-size:180%;">D</span><span style="font-size:100%;">uele, aquí, entre las costillas…<br />Duele, aquí, en los pulmones…<br />Duele, aquí, en donde no hay más que una dura coraza…<br />Duele…<br /><br />Ya he roto otro folio más tratando de escribir algo más, pero no puedo. La última jugada sólo me ha dejado dolor.<br />El silencio duele, este último golpe me matará, seguro. Ha sido la última estocada, la puntilla final.<br /><br />Saludos desde el Inframundo.</span>Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-36092342441843225292008-11-16T19:10:00.000+01:002008-11-16T19:11:23.840+01:00El tiempo se va arrastrando.Ya hace un mes que camino entre recuerdos, tratando de sembrar olvidos entre ellos. Hace casi un mes que guardé las semillas en el bolsillo, dejé aquí la primera y traté de comenzar a sembrar un gran jardín con flores de olvido, algo que dejase un gran aroma de novedades, de olvido, de días sin lluvia salada ni ácida.<br />El jardín no ha comenzado siquiera. No he encontrado ni un solo hueco libre entre los recuerdos. Todo está completamente repleto. Apenas sí me queda espacio para arrastrar los pies entre ellos. Apenas sí le queda espacio al tiempo para arrastrarse entre los recuerdos atemporales.<br />Camino lejos, muy lejos, para dejarlos atrás. Pero no importa cuan lejos vaya. En el lugar al que llegue, siempre vuelven a crecer nuevos; como si de mala hierba se tratase.<br />Y cuando ya, sin poder dar un paso más, porque el agotamiento no me lo permite, caigo y trato de dormir, de dejarme mecer por Morfeo; ellos penetran en mis sueños y dejan de ser recuerdos para convertirse en algo más nítido, algo tan tangible que casi es presente, algo tan doloroso que me hace despertar con el cuerpo amoratado. Duelen los recuerdos físicamente? Yo tenía entendido que no, pero últimamente no es así. Duelen y pesan como fardos.<br />Esas semillas del olvido morirán en mi bolsillo, puesto que no he encontrado el lugar donde soltarlas, y tampoco podré regarlas con miles de palabras que debí decir; con miles de secretos que no debí guardar. Morirán por las cosas que nunca te dije.<br /><br />Mientras, voy dejando ver los granos de arena caer en el reloj que creía parado. Ya no hay minuto eterno, ya el tiempo pasa impasible. El tiempo ya no es mi amigo, se ha marchado con el resto de cosas.<br />El tiempo dejará unas semillas putrefactas en mis bolsillos, que en lugar de dejar crecer bellas flores del olvido, sólo darán lugar a malos olores del recuerdo. Y debido a ello, debido a que no puedo plantar esas semillas, te recordaré todos los días de mi vida, hasta que llegue un momento que no me duelas. Entonces, comenzaré a olvidarte, si la muerte se espera…<br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-55745112998604451642008-10-16T21:59:00.005+02:002008-11-02T22:19:35.783+01:00¿Que pasaría si te dijera que te quiero?Nunca he dejado escritas palabras que gotearan de mi interior, no quería dejar que mis sentimientos ensuciasen el papel. Sólo he dejado aquí unas letras de un reino que nunca existirá y de un reinado malvado, pero mío, e imaginario.<br />Pero hoy, cuando ya no puedo dejar de pensar, quiero decirte que siento. Sé que no podrás saber nunca lo que te dejaré escrito aquí. Apenas conoces de mi existencia, apenas conoces de esta existencia inframundana (permítaseme el palabro), pero ya no puedo más.<br />Tengo que decírtelo, siempre presente de forma etérea, siempre alrededor de todas las cosas que me viven cada día. Y digo me viven, porque yo no las vivo a ellas. Desde hace mucho tiempo ya; casi ya no recuerdo cuanto (falso, recuerdo cada día desde ese día, aunque suene redundante) ya no vivo nada; los acontecimientos me viven por encima de mi piel, me pasan los segundos por el reloj del corazón, que sigue bombeando al compás de lo que tú me quieres regalar.<br />Mi tiempo se ha prestado tanto a tus respiraciones que sólo pasa cuando suspiras, que sólo suspiro cuando tu tiempo me pasa. Sólo tengo el tiempo que me regalas, el resto del tiempo es un minuto eterno, para que no se me haga tan largo esperar el siguiente intervalo que pasaré junto a tus ojos. Tiempo éste, frente a tus ojos, que se me hace tan corto y tan eterno su recuerdo…<br />¿Y qué ocurre si te digo que te quiero? ¿Qué ocurriría con ese tiempo que me regalas para que viva y no me vivan las cosas? Seguro que perdería los minutos de auténtica vida y dejaría de esperar ese minuto eterno. Supongo que entonces todos los días tendrían el mismo color, supongo que entonces sí me encerraría en algún lugar donde nadie me encontrase, para que nada me pudiese vivir y así, sin que nada tenga vida en mí, mirar sólo hacia la negra espalda del tiempo (Javier Marías dixit) y que nada más tenga sentido, que nada más ocurra.<br />Pero, supongo que es fácil escribírtelo, es fácil sentarse ante una hoja en blanco y dejar que todo se quede aquí reflejado. ¿Cómo sería ver reflejado esto en tus pupilas? ¿Se dilatarían de tal forma que no dejasen ver más que asombro? La carcajada, ante el amor estúpido e inhumano de alguien como yo seguro que sería un buen momento para ti. En ese momento, cuando el último hálito de risa se haya esfumado, es cuando se parará el reloj, caerán las agujas al suelo, el último grano de arena quedará soldado al cristal de la clepsidra y nunca más volverá nadie a girarla para que siga contando un tiempo que ya no me servirá de nada.<br />Aunque, también sé que ese tiempo que perderé me servirá para conseguir lo que deseo. Quiero dejar de quererte, puesto que no es bueno para mi alma (si es que tengo, que a veces llego a dudarlo, aunque, como he oído, 21 gramos de más en el aire y de menos en mí, si es así). Sólo quiero dejar de pensarte, sólo quiero dejar de soñarte, sólo quiero dejar de acariciarte en el aire, sólo quiero dejar de olerte en cada bocanada de aire perfumado que se cruza en mi camino con un poco de tu perfume robado, sólo quiero dejar de soñarte y dibujarte por las noches en mis sueños. Sólo quiero dejar de sentir el dolor de quererte, porque ahora ya he dejado de luchar contra mi mente, y sé que te quiero aunque no sé si te lo diré (y esto nunca lo leerás, seguro). Ya no es el momento, ya se me ha pasado la ilusión, ya he perdido las fuerzas para otra lucha perdida antes de iniciarla.<br />Y, sí, ahora sé que no podré decirlo, que las palabras se ahogarán en mi garganta cuando haya de gritarlas. Y ya no volveré a esa ciudad donde nunca me besas, ya no volverás a esa ciudad donde nunca te beso y ya no volveremos a esa ciudad donde nunca nos besamos. Entonces, ¿a quién entrego mis besos? Podridos, morirán sin salir de mis labios.<br /><br />Pero he de decirlo, sólo quiero saber, ¿qué pasaría si te digo que te quiero? Supongo que el silencio entre los dos, el adiós definitivo y después… la nada. Tú habrás ganado, habrás oído lo que nunca quise decir, lo que siempre esperaste conseguir sólo para reír… Habrás conseguido que diga que te quiero.<br /><br />Sólo una última cosa, recuérdame que nunca olvide que no debo de volver a quererte.<br /><object width="353" height="132"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=e2398fb" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object><br /><br />Saludos desde el Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-5741100806009681294.post-74955102804117221732008-10-04T22:22:00.001+02:002008-10-04T22:24:03.407+02:00Ha regresado...Bueno, de nuevo, sin saber como, las puertas de mi antiguo Inframundo se han abierto.<br />Siempre quedará éste por si acaso, pero seguiré en el anterior, que es el que me recogió desde el principio.<br />Saludos desde los dos Inframundo.Credendo Videshttp://www.blogger.com/profile/13626454088724249557noreply@blogger.com10