Free counter and web stats

A veces bajan al Inframundo.

30 sept 2008

Ha despertado justo aquí.

No sabía que tenía, ni siquiera lo había pensado. ¿Para qué la necesitaba? ¿Para qué me serviría aquí abajo? Nunca imaginé que todos, da igual de donde procedamos o cuan malos hayamos sido, tenemos una.

Cuando paseaba por este nuevo Inframundo para conocer los nuevos recodos que serían mi morada, descubrí un lugar extraño. Era como si allí la vegetación no supiera que no podría respirar, crecía alegremente decorando las paredes y llenando de un color extraño el oscuro negro que debía de haber aquí. Pensé que ese sería el lugar perfecto para mi Flor, pero me daba miedo que ella luego me olvidase, al encontrar un ambiente tan bueno. De nuevo, el egoísmo, una de mis “virtudes”. No sabía si quería perderla entre tanto vegetal, pero era su lugar. Dejé atrás el egoísmo y se quedó allí. Entonces, sin saber de donde venía, sentí una pequeña punzada de… bienestar???? en mi interior. No sabía que podía ser eso y lo dejé pasar.
Seguí caminando y encontré algo que me hubiese gustado tomar. Era un pequeño animal, caído, con el ala rota por el golpe y quería quedármelo conmigo. Sería mi nuevo compañero y así pasaría las horas conmigo, estas absurdas y dolorosas horas. Pero eso también me parecía algo malvado. Y de nuevo, sin saber que me impulsó a ello, solté el animal por la gran Ventana. No tenía tan mal el ala y pudo volar tan lejos como le fue posible para escapar de aquel horrible lugar; yo también lo haría si pudiera…
Pero, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me sentía tan extrañamente bien? Había perdido mi Flor y no me atreví a coger el pájaro…

Había despertado, ahora lo sabía, tenía Conciencia y había despertado aquí, en este nuevo Inframundo.

Y entonces, sin saber como, llegué al lugar que no debía y a ver a quién nunca quise arrimarme. Ahora no era lo mismo, no podía regodearme de su caída y menos aún de su dolor por el haberse quemado. A todos nos dejó ciegos, pero algunos sufrían más que otros por la pérdida.
Quería gritarle que tenía lo que se merecía, que ahora era su turno, que tenía que sufrir. Que me mató por unos momentos (a mí, Cancerbero de los entes) y ahora debía morir él un poco. Quería gritarle que no debía morir, que yo le albergaría en mi seno y calmaría su dolor. Quería odiarle, pero también quería acunarle y hacerle dormir hasta que el dolor pasase.
Quería quererle sin sentir dolor, pero no supe que decir.
Simplemente, me paré ante él, miré sus ojos de dolor y me aparté. Callé, no dije nada de lo que debía, y era mucho. Callé, guardé silencio y no dije más…
La conciencia despertó en mal momento, pues no me dejó gritar lo que podía ahora.

Saludos desde el Inframundo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En fin... qué te puedo decir? Yo sigo animándote a dejarte llevar por esas briznas de luz y frescor que van dejándose ver por tu terreno... serán un aviso? Quizá debas planteártelo ;)

Un beso, hasta pronto!

istharb dijo...

Gritarle??? Anda y que le den, ni siquiera gritarle, no merece la pena decirle que se joda.

Tu a tú rollo, con el pajarillo ese volando por la ventana.

Reina, que ya es hora de salir del inframundo

Un beso

Ishtar dijo...

Pidele a tu flor de irla ha visitar de vez en cuando para que te deje ver ese lugar lleno de naturaleza y así aunque sea unas horas apaciguar tu dolor. Y atu pajarillo medio herido q te enseñe ños ugares que ha visto por ahí, para haber si así te entran gnas de salir.
MUAKS

Anamen dijo...

EStoy con estemon... nadie te culpa y te condena salvo tú, adelante, siempre adelante y con esperanza. Siempre un paso adelante

LoOla dijo...

Tanto te has callado ya que has olvidado hasta como se grita. Te voy a tener que dar un curso intensivo de como elevar la voz de forma elegante e imponente jajaja.

Prepara papel y lápiz.
No te asustes, seguro que apruebas.

Besos brujos!